La primera vez que escribí #UnDíaMenosParaAbrazarnos realmente pensé en una cuenta atrás, quizás varias semanas, e imaginé casi inmediatamente el post #MañanaNosAbrazamos (que no he llegado a publicar) y su imagen, que hoy nos sirve de portada y con la que quiero enviar todos esos abrazos que estos meses se nos han quedado en el tintero.
Día a día, semana a semana, desde la Oficina de Comunicación de Compostela hemos intentado dar sentido a ese “día menos para abrazarnos” que estaba al final de los consejos para trabajar y estudiar en casa, de las reflexiones sobre interioridad, de las imágenes con la pantalla del ordenador, de los arcoíris en las ventanas… Durante el confinamiento hemos exprimido la tecnología, nos hemos reunido por videoconferencia y hemos compartido de pantalla a pantalla millones de experiencias, proyectos, canciones, ideas… pero nos faltaban los abrazos.
La agenda de citas, reuniones y compromisos se paralizó, pero la vida siguió y había que contarlo. Creo que lo ha sido siempre, pero ahora hemos sido mas conscientes de la comunicación como lazo de unión. Ese #MaristasEnCasa que nos ha llevado desde las aulas cerradas a las habitaciones y salones donde se impartían las clases, de la vida confinada en las casas-hogar a las palabras al viento que llegaban desde los cuatro confines de la Provincia y sus equipos.
Un viaje apasionante sin salir de casa en el que esta web se ha convertido en el diario de a bordo, en el álbum de fotos una experiencia que no olvidaremos y que hemos hecho posible entre todos. Gracias por cada imagen, vídeo, palabra… compartida. Gracias por mostrar que juntos es posible conseguir la otra etiqueta de esta pandemia: #TodoIráBien o, al menos, irá mejor si estamos unidos.
Ahora miro la imagen de portada que seleccioné hace casi 100 días y me pregunto si, en la nueva normalidad, es políticamente correcta. Y aunque dejamos de usarla hace ya algún tiempo, con eso de la desescalada y las distintas fases, me permito volver a escribir que queda #UnDíaMenosParaAbrazarnos. Porque todavía me quedan muchos abrazos pendientes y porque sigo esperando esa normalidad en la que podamos vernos y abrazarnos sin pensar si podemos.
Mar González
Oficina de Comunicación