Tiempo difícil, lo sé. Tiempos de malas noticias, las oigo cada día. Momentos para guardar silencio y para rezar, lo hago. Pero quiero alzar la voz y “echar” la Buena Ventura, la Buena Noticia.
Asisto con ojos emocionados a los aplausos de las ocho de la tarde, aplausos para nuestros sanitarios, para todos los que velan por nuestra seguridad, para los que trabajan para que nuestras neveras tengan alimentos, por y para nuestros cuidadores… Veo cómo hay por doquier muestras de solidaridad, de apoyo, de ayuda… Veo a los vecinos preocuparse unos por otros, veo que los que pueden ayudan a los que no, veo a los que tienen compartiendo con los que no, veo a la iglesia, a nuestra iglesia encarnada en rostros concretos, una vez más en la trinchera dando siempre lo mejor.
Día a día comparto la tarea de educar con decenas de educadores que, más allá de la tecnología y la distancia, ponen su “arte” a disposición de los niños y de los jóvenes de nuestros colegios. Veo que no tienen horario, veo que cada día se actualizan y aprenden nuevas formas para seguir educando, veo a profesores que compatibilizan el teletrabajo con atender a sus hijos, veo a educadores buscando la esencia del aprendizaje para poder llegar a todos. Veo a los alumnos confiados a sus profesores que quieren estar en ConTacto, les ven de otra manera, les viven de otra manera. Compruebo, día a día como los padres agradecen tanto esfuerzo, colaboran y defienden a los profesores de sus hijos y a su colegio como entornos de refugio seguro. Y de verdad, me hace vibrar, me hace sentir que somos familia y que elegí muy bien mi profesión.
Esto pasará y lloraremos, una vez mas, a nuestros seres queridos, nos daremos cuenta lo importante que es cuidar a nuestros cuidadores, nos abrazaremos sintiendo el contacto y nos prepararemos para lo que pueda venir.
Habrá sido duro, pero como dice el poeta, “como sabios en que nos habremos convertido, sabremos lo que son las Itacas”, no importa el destino, importa el viaje, y creo, sinceramente que de este viaje saldremos fortalecidos
Puedo pecar de ilusa, pero es el momento de la Buena Ventura, de la Buena Noticia, es momento de Evangelio.
Encontremos la fuerza, recobremos la esperanza, volvamos a sonreír; no porque no haya pasado nada, no porque seamos inconscientes, sino porque la fe en la vida es más fuerte que el dolor; y la mejor manera de hacerlo es hacerlo juntos, unidos, seguros de que lo bueno es más que lo malo, que aprenderemos las lecciones que tengamos que aprender pero, sobre todo, y por encima de cualquier cosa, creemos que TODO IRÁ BIEN
Eva Matarranz Jimeno
Coordinadora del Equipo de Educación y Evangelización