Experimentar un poco el silencio fecundo de la mente era un objetivo del fin de semana que dentro del programa del curso ELEM disfrutamos en Miraflores.
Nos sobran palabras, ruidos, imágenes, noticias y nos falta tiempo dedicado al encuentro en profundidad con nosotros mismos
Y a través del silencio, en contacto y en paseos por la naturaleza, comunicación profunda entre los participantes, cantos de mantras, amaneceres abiertos al Dios de la vida, danza y dinámicas corporales, celebraciones de la luz… tratamos de establecer contacto con nuestro ser profundo, con nuestro ser más auténtico.
Cuando hacíamos la evaluación de estas jornadas, algo destacaba, sobre todo: La fuerza, la riqueza, la apertura de los participantes. La palabra “gracias” se convirtió en protagonista. Se experimentaba la conexión profunda entre las personas cuando miramos nuestro interior y estamos limpiamente abiertos al ser de los demás.
También la casa, los alrededores de Miraflores nos ayudaron mucho a disfrutar y vivir a fondo las experiencias de estos días.