Los miembros de la promoción XVII de Hermitage, escuela de educadores, han caminado por lo parajes de la identidad Marista en un proceso de ReConocimiento del que se llevan experiencias, sentimientos, energía… que resumen conjuntamente: De la multitud de reflexiones y oraciones compartidas a lo largo de estas semanas, ésta es la que mejor describe nuestra experiencia: “Hemos nacido del encuentro”.
Nos sentimos muy agradecidos por los lugares elegidos (Roxos, Miraflores, Colares) ¡espectaculares!, por los momentos generados ¡necesarios!, por los contenidos impartidos ¡especiales! y por las personas que hemos compartido esta formación ¡encantadoras!
Es como detener el reloj y permanecer en lo presente en cada momento. Días para acoger, interiorizar, disfrutar, empatizar, aprehender, dar sentido y VIVIR los encuentros. Por ello, nos sentimos muy afortunados de haber vivido esta experiencia, acogida como regalo.
Hemos podido caminar por los parajes de Identidad Marista, palpándola en todas las dinámicas del día, en las emociones contagiadas y las reflexiones compartidas. Durante estos días nos hemos acercado a la figura de Jesús, a nuestras raíces, a la vida de Marcelino, a su infancia y su legado.
“Lo que me llevo del HEE, además de la amistad de todos los compañeros y Hermanos, es la oportunidad de compartir experiencias e inquietudes similares pero distintas, convirtiendo mi corta y tímida mirada en otra mucho más amplia y segura. Destaco la oportunidad de darnos un tiempo maravilloso para nosotros, ese que nunca nos dedicamos y que tanto necesitamos, a la vez que hemos profundizado o releído con más calma aspectos identitarios, espirituales, solidarios, etc., que sin duda nos ayudarán en nuestro camino diario en favor de las personas que día a día forman parte de él”. (Adolfo)
Desde los “despertares a la vida” hasta las “celebraciones” de la noche, esta formación ha sido un proceso de ReConocimiento. Una invitación a re-descubrir nuestro YO, aceptando, valorando y agradeciendo la vida del día a día, ayudándonos a recorrer con mucho cariño y sensibilidad pasajes de nuestra infancia y de nuestra vida emocional, que en ocasiones se presentan como un torbellino confuso para manifestarse de nuevo en vistas de calma, equilibrio y madurez.
“HEE… Una experiencia de vida, un viaje apasionante a mi interior. Momentos de aprendizaje, de comunidad, de sentir… HEE quedará en mí, en mi mochila diaria, cargada de libros escritos durante cuatro semanas, para releer cada día. Libros escritos con pasión que será fuente de inspiración y recurso. Aquí y ahora, unidos siempre”. (Judith)
Sin duda, semanas de descarga emocional acompañadas de momentos distendidos, creativos, comunitarios… que favorecen que el entramado del grupo sea espontáneo, sencillo y sincero, expresando tanta afinidad y complicidad entre nosotros.
“El HEE es una experiencia emocionante y maravillosa. La pasión con la que los Hermanos explican los temas relacionados con el mundo de las emociones, la espiritualidad o la solidaridad nos han permitido conocernos más a nosotros mismos y poder ayudar a los demás. Poder participar en un voluntariado, para mí ha sido un punto de inflexión y cambiar mi punto de vista sobre la inmigración. Todo esto compartido con compañeros de otros colegios, que alguno se ha convertido ya en buen amigo”. (Pedro)
En la última semana hemos puesto nuestra mirada en realidades vulnerables, aprendiendo a ser creadores y mediadores de una afectividad altruista que surge de la consideración basada en la empatía y la reciprocidad, dónde se detiene la mirada en las necesidades de las personas, se otorga bondad y respeto, y brota esa semilla de felicidad que se inscribe en las pequeñas situaciones del día a día.
“Me siento afortunada de haber vivido esta experiencia en APACE. Me ha enseñado a ver la vida con otros ojos”. (Mónica)
Y de esta experiencia volvemos con más vitalidad, con muchas ganas de regresar y a SER y estar presente en el día a día.
¿Y qué decir de nuestros líderes espirituales? Esta familia de Hermanos que con su sabiduría, cuidado, acompañamiento y buen humor ayudan a vivir la experiencia desde la tranquilidad, el disfrute y la trascendencia.
“Semanas colmadas de recuerdos que intensifican el orgullo de pertenecer a la familia Marista. Ahora continuamos con una luz especial por el camino que hace unos años llamó a nuestra puerta, la abrió de par en par, nos calzó y nos acompañó en el devenir de nuestros pasos, acompasados con los del Fundador y todos los que somos testigo y testimonio de su VIDA”. (Alicia)
Con nuevas miradas y un Renacer sentido, asumimos el reto de despertar en la niñez y de encender la luz de la ilusión cada día en nuestras obras educativas, acogiendo la gran tarea de convertir nuestros pasos en huellas bonitas y de abrir con ellas el horizonte de los alumnos, de las familias, de nuestros compañeros y de la Institución.
“O aqui e o agora. Os dias únicos e irrepetíveis. O sentido de comunidade. A gestão das emoções. As estratégias de crescimento pessoal e a conexão com a identidade Marista. Parece muito, mas nem toca na profundidade das 4 semanas de trabalho, de colaboração, de equipa. Agradeço aos nossos orientadores, nas aulas, nos amanheceres, nas Horas 00, a sua claridade e o apontar de caminhos. Aos colegas estou grata pelo companheirismo, pela escuta atenta e pelas partilhas, por vezes difíceis, mas que traduzem a nossa humanidade. Levo as boas lições de outros com quem tive a sorte de fazer os dias de voluntariad. Do HEE, levo conhecimentos e muitos exemplos em que me inspirar. O caminho apresenta-se, continuem os passos”. (Susana)
Gracias por ofrecernos esta oportunidad de crecimiento, que la hemos sentido con mucho cuidado y disfrutado con mucho cariño.