La casa de los Paules en Salamanca, ha sido un lugar estupendo para encontrarnos y reflexionar sobre la raíz de lo que somos como escuela: educadores, maristas y cristianos. Un momento para volver a la esencia de Jesús, la visión de la persona que tenemos, nuestra razón de ser como escuela cristiana marista, la imagen de Dios que está detrás de nuestro hacer, nuestra forma de ser rostro mariano de la Iglesia, nuestra manera de hacer pastoral y celebrar comunitariamente…
Además, estos días han supuesto un momento de escucha, preguntas y encuentro profundo que ha supuesto una “recarga vital” para nuestra principal función, evangelizar educando.