Una sencilla experiencia personal.
Entre las cosas que los alumnos más valoran de la clase de religión está “el minuto de silencio”. El silencio consiste en tres cosas: QUIETUD, SILENCIO, ATENCIÓN A LA RESPIRACIÓN. Es algo sencillo que todos podemos practicar estos días.
A veces les digo a mis alumnos: “Nos sentamos en posición de cuatro y simplemente vamos a estar en silencio, procurando que nuestro cuerpo no se mueva y dejando ser a la respiración. Consiste solo en centrarse en ella, no en respirar más profundamente. Dejar ser a la respiración. Sin más. Atenderla a ella. Si mi mente se va y me doy cuenta, vuelvo a ella con calma. Me centro en ella.”
Otras veces, les pido que, durante ese minuto, piensen en alguien o en alguna situación que quieran tener presente. Porque al igual que Jesús curó “a distancia” al hijo del funcionario real, nuestro silencio, también nos conecta a unos con otros.
Por ello, en este tiempo, SILENCIO, QUIETUD, ATENCIÓN A LA RESPIRACIÓN. Estos tres elementos tan sencillos, practicados diariamente, nos hacen volver a nuestro centro.
Así que, busca un minuto en tu casa, solo o acompañado, para practicar la meditación.
¡Mucho ánimo!
P.D. Un recurso que a mi me ayuda a centrarme en lo importante es leer el Blog que tienen las Hermanas Cistercienses del monasterio de Armenteira. Estos días especialmente algunas de sus reflexiones nos pueden ayudar. https://www.monasteriodearmenteira.es/blog/
Nacho Álvarez