Y por fin llega esa fecha tan señalada en nuestros calendarios, es 15 de julio. Comenzamos un campamento, aparentemente diferente, pues estamos en un lugar nuevo para muchos de nosotros, la Residencia Marista de Valladolid, la cual convertimos en nuestra casa durante siete intensos días. Todos estábamos nerviosos, dos años sin vernos más allá de las pantallas, sin reencuentros, sin miradas… También surgían dudas y miedos, pero tras el resultado negativo de las pruebas de antígenos de todos los participantes, empezamos a ver la luz y hacernos conscientes del camino que teníamos por delante. ¡Empezaba My Way 2021!
Dedicamos los dos primeros días a recorrer nuestro pasado viendo de dónde venimos y por dónde. Continuamos avanzando por el presente y preguntándonos dónde nos alojamos y con quién. Por último, nos enfocamos e imaginamos nuestro futuro haciéndonos conscientes hacia dónde miramos y desde dónde lo hacemos.
Han sido días de mirar con ojos de ese niño interior que tenemos y muchas veces le olvidamos, pero también hemos sido capaces de mirar dentro de nosotros quiénes somos y qué camino queremos recorrer en esta nueva etapa que empieza.
Recordaremos las risas, los lloros, las conversaciones de corazón a corazón, los grupos pequeños, los momentos musicales, los tiempos personales, el silencio y las muestras de cariño en tiempos de COVID.
Aunque no haya sido un campamento como lo conocíamos antes, nos ha servido para reconectar con MarCha y con esa parte tan importante que ocupa en nuestras vidas.
Gracias por apostar y confiar en nosotros, por lanzaros a la piscina en todo lo que se os proponía y por atreveros a continuar creciendo como personas. ¡Nos vemos en el Camino!