Lo más importante que el H. Julio Huerta lleva consigo a Colombia es una sonrisa amistosa que transmite cercanía y un sueño: crear un rincón seguro para los niños en un lugar en el que no tienen nada: el asentamiento de La Pista en Macao. Allí está naciendo el nuevo Proyecto Fratelli que comparten los hermanos Maristas y de La Salle.
«Todavía no hay nada», explica Julio. Se trata de un asentamiento en un antiguo aeropuerto abandonado a 10 kilómetros de la frontera con Venezuela donde no hay ni infraestructuras, ni luz, ni agua corriente. Lo primero será explorar las posibilidades de actuación porque «no aspiramos a un cambio radical que sería imposible» sino a poner un granito de arena donde sea posible. El H. Julio piensa especialmente en los más pequeños y en mostrarles que «hay alguien que se preocupa por ellos».
Colombia será su primera «misión internacional» a la que llega desde Palencia, su último destino, con ilusión y tras un paso por el proyecto Fratelli de Líbano. Allí ha reafirmado la esencia de su vocación marista, ofrecer «presencia, cercanía y una sonrisa» para intentar que los niños y niñas puedan ser un poco más felices, también en un lugar remoto como Macao del que conoceremos más a través de los ojos del H. Julio.