«El silencio es el prolegómeno de la vocación». Esta fue una de las claves de la tercera jornada de la Asamblea Vocacional de Compostela que abrió Francesc Torrralba para quien vocación es «llamada» y esto implica «alguien que llama», «alguien que responde» y el necesario silencio para que esa «escucha interior». Torralba desgranó la claves de la vocación y del necesario discernimiento para «separar lo esencial» y encontrar el «sentido», que puede ser la búsqueda del bien, la belleza, la verdad o la unidad. Además, destacó la importancia de la «comunidad vocacional» porque «tú solo no puedes lograrlo».
Por la tarde, Charlie SJ, promotor vocacional de la Compañía de Jesús, compartió su experiencia personal de vocación para explicar cuatro herramientas que considera básicas para el discernimiento: examen del día, ejercicios espirituales, servicio-voluntariado y acompañamiento. En este último punto, describió al acompañante como el copiloto de un coche que deja libertad al conductor. Según su experiencia, a través de la vocación, «no podemos alargar la línea de la vida, pero podemos ensancharla».
Completaron la jornada tres talleres de cuidado personal, acompañamiento y música y vocación. Y precisamente con música, la de Álvaro Fraile y Migueli concluyó la jornada por todo lo alto.