Los retiros anuales son un impulso para ir viviendo la fe y la vocación con mayor hondura. Ahondamos en la espiritualidad cristiana y el seguimiento de Jesús y también en el carisma marista.
Del 10 al 16 de julio un grupo de 35 hermanos y laicos hemos tenido unos días de retiro con Fidel Aizpurúa. Es hermano capuchino y reside en la fraternidad de Logroño. Es profesor jubilado de la Facultad de Teología de Vitoria y colabora activamente en publicaciones de estudios bíblicos, dirige semanas de retiro y colabora en la formación de adultos.
Este retiro nos ha ayudado a reflexionar en la cultura vocacional desde personajes bíblicos emblemáticos y desde su espiritualidad. El padre Fidel profundizaba primero en un pasaje bíblico, luego hacía una reflexión de ahondamiento para nuestra vida, después aplicaba la reflexión al carisma y acababa con unas concreciones a pie de tierra para nuestra vida actual. Por las mañanas presentaba un personaje del Antiguo Testamento, lo definía como un centinela: Eva (y Adán), Esaú y Jacob, Moisés, David, Job. Por las tardes veíamos un personaje del Nuevo Testamento, era un seguidor: Santiago y Juan, los discípulos, el Dios generoso de las parábolas, las propuestas alternativas de Jesús, el componente contemplativo de Jesús.
En este año de las vocaciones maristas, este retiro nos ha ayudado a reflexionar sobre “cuidar y generar vida marista” en cada uno de nosotros y en nuestras comunidades. Mucho nos insistió estos días en cuidar los grupos humanos de las comunidades, en ser signos en el mundo de fraternidad y, más como maristas, cuidando nuestro ser de hermanos. Nos ha ayudado a ver como la Palabra y los personajes bíblicos puede alimentar la vida y la fe, puede ser una buena herramienta la Biblia para situar la cultura vocacional. Hemos recordado que la Palabra aporta siempre una pizca de novedad y que nos sorprende su lectura cada día. Los personajes bíblicos pueden ser elocuentes para nosotros y Fidel nos ha ayudado a profundizar en ello con su sabiduría y sagacidad.
Ha sido una oportunidad para que hermanos y laicos podamos reflexionar, celebrar y compartir nuestra historia vocacional, redescubriendo el amor primero y recordando los pasos que nos llevan a seguir caminando como Maristas.